Iba caminando el árbol con pies cuando se encontró con las hojas que le hacían falta para cubrir su desnuda figura, al cubrirse de hojas una sensación alérgica lo sobrecogió, mas tarde el calor incremento y aquel árbol que vigoroso caminaba se tubo que detener para dar sombra al niño que en ese preciso instante necesitaba de ella, cuando el niño se empezó a sentir mejor luego de casi morir de insolación, comenzo a tararear una melodía que escuchaba desde la nada, el pensó que era el único que cantaba esa melodía y asumió esa realidad como la constante de su vida hasta que alguien mas al otro lado del árbol tarareaba también, el niño curioso empezó a dar la vuelta para ver quien era la misteriosa persona, caminaba hacia el otro lado, pero para su sorpresa nunca podía llegar al otro lado del árbol, puesto que el árbol magicamente se hacia interminable, hasta que decidió sentarse tristemente y volver a escuchar la melodía por si solo para tan solo olvidar que alguien mas se detuvo a ver el tiempo igual que el, cuando el aun sentía incertidumbre de saber quien era la persona una muchacha despistada callo sobre el, se golpearon las cabezas mutuamente...
· Oye, cuidado! ·
Dijo el muchacho, la muchacha se levanto débilmente y lo miro a los ojos...
· Mm, creo que te estaba buscando ·
El muchacho volvió a escuchar su melodía sin poner atención de las palabras de la chica...
· ¿Tu eres la persona que estaba al otro lado del árbol cierto? ·
Dijo la muchacha mientras alunizono los ojos del chico saltaban de sorpresa, como un rayo se pone de pie y la abraza con fuerza...
· No sabes cuanto tiempo te e estado esperando ·
La chica sonríe timidamente y lo abraza también...
· Supongo que quiero estar eternamente con quien puede escucharme cantar ·
Ambos no dejan de mirarse...
· Y yo eternamente estaré para ti ·
...
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